El nuevo mural es obra del malagueño García Romero y partía del reto de compaginar con el mural anterior. Así se decide un primer plano del Señor, enmarcado en una original cenefa asimétrica y escoltado por dos peculiares faroles acompañado de 2 soportes metálicos en forma de dragón, al más puro estilo de Juan Casielles. Así, el mural rememora los clásicos estandartes que procesionan en Málaga, siendo una nueva aportación a la tipología vidriada de la ciudad.
En este trabajo se combinan las dos técnicas fundamentales de la azulejería, como son la cuerda seca y el azulejo plano, hecho que se corrobora en una visión lateral del mismo, pudiéndose ver los distintos relieves que sigue el contorno de la orla, a excepción del rostro del Señor, pintado a modo de lienzo vidriado.
García Romero escoge una rotulación clásica para el texto conmemorativo, lo que aporta un aire añejo a la pieza, que seguro en pocos años se convertira en un clásico, y asimismo alude a la tridimensionalidad en la invasión de los rayos solares sobre la cenefa.
Este estandarte vidriado viene escoltado por las heráldicas mercedaria y de la propia corporación e incluye un guiño a los murales de Expiración, del mismo autor, en la decoración anaranjada del contorno.
Sin duda una pieza soberbia, de referencia, digna de una conmemoración como los tres cuartos de siglo de una imagen tan devocional.
Gran trabajo
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